(Por: AoveSour&Hot)
Cada dos por tres leemos noticias de fraude y mal trato en el mundo de los aceites de oliva. Ver constantemente como se infravaloran los aceites no es de buen gusto para cualquier persona que defienda, ame y trabaje para darles el verdadero valor que se merecen.
Desde la famosa doctora brasileña que intenta difamar un producto que ni siquiera conoce, pasando por los supermercados que venden a pérdidas o los usan como producto reclamo, incluyendo a algunos empresarios que viven del fraude. Os traemos varios ejemplos de ataques continuados a los aceites de oliva, especialmente a los vírgenes extra:
1# Desprestigio de investigaciones realizadas: hace poco, una doctora brasileña, Rosanne Oliveira, intentó echar por tierra el estudio Predimen,(prevención con Dieta Mediterránea, más info aquí) donde grandes profesionales han demostrado los beneficios del consumo de AOVE. No sabemos con qué fin, pero la doctora tuvo el despropósito de hacer afirmaciones muy duras contra el sector y el proyecto, intentando desprestigiar el trabajo y esfuerzo que se está haciendo para dar a conocer los beneficios del consumo de aceites de oliva, especialmente AOVE. Puedes leer la noticia aquí.
2# Difamar las propiedades de los aceites de oliva por parte de otros sectores de aceites vegetales, como el de cánola. Entendemos que estos fabricantes tienen que vender su producto a toda costa y que competir con las propiedades saludables de los aceites de oliva es imposible. Pero difamar los beneficios demostrados que un producto ofrece para favorecer el suyo es jugar sucio. Aquí podéis leer porqué consumir cánola no es tan saludable como hacen creer en otros países, aunque en España lo tenemos claro.
3# Usar el AOVE como gancho en grandes almacenes con precios a pérdidas: no es posible comprar un producto a 2.5 € en un supermercado que en origen cuesta 3.00 €. El coste de transporte, envasado, etiquetado…¿dónde está? y ¿qué margen ganan los supermercados? Estas acciones hacen mucho daño al sector en general y, se da a entender que ese producto no tiene gran valor. Además la administración no ayuda, hace unos días conocíamos la ridícula sanción que se le impuso al Corte Inglés por vender aceite a pérdidas o a los supermercados Día. Puedes leer las noticias aquí y aquí.
4# Productos que dicen llevar aceites de oliva en su contenido, y sí lo llevan, pero en un porcentaje ridículo. Sabiendo sus excelentes propiedades, se comunica en letras bien grandes que tal alimento lleva aceite de oliva. Se vuelve a utilizar como producto reclamo. El problema es que en el listado de ingredientes podemos comprobar que no supera el 2 – 4% de aceite de oliva refinado o virgen, en muy contadas ocasiones es AOVE y suele estar mezclado con aceites de semillas. Tan pequeño porcentaje no puede ser suficiente para notar sus propiedades.
Afortunadamente hay excepciones:
5# Empresarios que envasan lampantes o vírgenes en botellas etiquetadas como «virgen extra»: estos son los que peor nos caen, están tirando piedras a su propio tejado. No me gusta jugar a la ruleta rusa cuando compro AOVE. Si adquiero una botella donde pone virgen extra espero que lo que contenga realmente sea AOVE y no aceite con defectos. No está bien jugar con la poca información de la que dispone el consumidor para darle gato por liebre. Noticia aquí
6# Premios: sabemos de empresas que tras vender todo el AOVE premiado en algún concurso, sigue aprovechando el tirón y envasa otro aceite de menor calidad asegurando que es el mismo que el primero. En ocasiones, las mismas organizaciones de los premios o concursos precintan bidones para asegurar que hay AOVE suficiente para vender si se consiguiese un premio, pero estos casos son los menos. Las cosechas con pocos litros, es mejor promocionarlas como ediciones limitadas para no estafar a los clientes.
7# Mezclas de aceites de semillas con colorantes y sabores para introducirlos en el mercado como Aceite de Oliva «operación Cloroil»: estas noticias nos entristecen mucho, porque a pesar de haber detenido a los culpables, el daño ya está hecho y habrá quien esté consumiendo aceite de semillas coloreado pensando que es oliva. Es un delito contra la salud pública y se necesitan más controles e inspección para proteger al consumidor. Deberían haber más herramientas para controlar qué se introduce en los supermercados y grandes almacenes sobre todo aquellos que manejan mayores volúmenes. Noticia aquí.
Por suerte ya hay varios proyectos en contra del fraude, entre ellos el Proyecto Oleum. Saber más.
8# Seguir usando aceiteras rellenables: hace ya casi tres años que se aprobó la ley que prohibía el uso de aceiteras rellenables en restauración (Ley). Es cierto que hay muchos retractores de la ley, pero no nos olvidemos que está en vigor, por lo tanto hay que cumplirla. Se ven muchas imágenes por las redes sociales de consumidores denunciando esta práctica. Os animamos a que hagáis lo mismo, reclamad, y no os olvidéis de llevar una copia a la oficia de consumo más cercana, si no, la reclamación no vale.
(Imagen: de aquí)
9# Forzar tapones para rellenar botellas con aceite de peor calidad. Es un caso similar al anterior. En ocasiones se hace con tan poca elegancia que se notan hasta las dentelladas de los alicates en la boca de la botella. Una vez me quejé en un restaurante de un aceite con fecha de consumo preferente ya pasada, a lo que el camarero me aseguró que no había problema, que la botella había sido rellena con otro aceite en buen estado. Estaban cometiendo una doble infracción. Al igual que en el punto 8, hay que reclamar.
10# Refinar aceites vírgenes para cubrir las necesidades de «suave» e «intenso», es decir, obtener aceite de oliva refinado. Esto es otra forma de maltrato a nuestros aceites. Quitarle propiedades a un aceite virgen para obtener uno de inferior calidad es absurdo. Lo triste es que si se hace es porque hay demanda. El aceite de oliva refinado, es un producto más de este sector, pero que debe ser obtenido para aprovechar los lampantes, que no se pueden destinar al consumo humano. Debería hacerse una campaña para informar a los consumidores de la diferencia abismal que hay entre un aceite virgen y un refinado, seguro que no tendrían duda a la hora de decidirse, especialmente, siendo la diferencia de precio ridícula. Noticia aquí.
Entre todos defendamos a los aceites de oliva de su continuo acoso, en muchas ocasiones dados por la ignorancia, por lo que son involuntarios, pero en otras muchas por la existencia de intereses económicos. No sólo por defender a un producto que a muchos ni les va ni les viene, si no como consumidores, ya que no podemos consentir que se nos engañe constantemente.
Es la hora de demostrar que somos la potencia mundial en producción, calidad, promoción y comercialización.
«Di no al bullying de los aceites de oliva»
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Muy buen artículo chicas!
Buenísimo!!! Hay que conseguir que los consumidores conozcan la realidad, tienen derecho. ¿Cuándo se va a decidir la administración pública a atajar estas tropelías?